Una de las mayores sorpresas en la taberna, es nuestro famoso granizado de crianza de Tío Blas o granizado del peregrino, que te animamos a disfrutar y que cada día tiene más y más seguidores, por su agradable sabor y frescura.
El granizado de crianza es la bebida más famosa de la Taberna del Tío Blas. ¡Y no solo en verano! Nuestras granizadoras no paran de trabajar para prepararlo y dejarlo en su punto exacto. ¡Sin duda es una de nuestras especialidades que más te sorprenderá!
En La Rioja y Logroño, el Camino de Santiago entrelaza una historia única. Según el Codex Calixtinus, el Ebro baña tierras de excelentes vinos, convirtiendo a Logroño en punto de encuentro para peregrinos de diversas rutas.
Su historia
Hace muchos años, en una fría noche, un grupo de peregrinos cansados y hambrientos llegaron a Logroño en busca de refugio donde dormir. Encontraron una vieja bodega sin calefacción, pero repleta de vino y frutas. Ante la falta de alimentos, uno de ellos, al que llamaban El Tío Blas, tuvo la idea de mezclar ese vino con las frutas. Por la mañana, su sobrino Juan descubrió que el vino y las frutas, debido al frío, se habían convertido en un delicioso granizado, y decidieron llamarlo el “Granizado del Peregrino”. Vieron su potencial comercial, ya que se trataba de una bebida deliciosa, llena de vitaminas gracias a las frutas y al gran alimento que es el vino para el cuerpo y el alma. Así nació el granizado del Tío Blas o del Peregrino, creación fruto casi de la casualidad, convirtiéndose en una delicia en toda La Rioja.
La Taberna del Tío Blas, en la calle cercana a la puerta de “San Blas”, se convirtió en un lugar popular. La bodega abandonada donde se inventó y su calle se convirtieron con el paso del tiempo en un lugar muy popular para visitar y punto de encuentro de peregrinos, siendo hasta hoy en día un lugar de visita casi obligada en el número 1 de nuestra actual y querida Calle Laurel.
La tradición perdura, atrayendo a turistas y peregrinos. La bodega, ahora llamada “La Taberna del Tío Blas”, es un punto de encuentro en la famosa Calle Laurel. La historia de los peregrinos y su granizado ha dejado huella en la identidad de Logroño y La Rioja, ofreciendo a los visitantes una experiencia única con el “Granizado del Peregrino”.